"Sea
la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color
blanco y azul celeste", estableció el Triunvirato, el 18 de febrero de
1812, a pedido de Manuel Belgrano. Muchos años después, en 1935, el
Consejo Nacional de Educación eligió una fecha para homenajear a la insignia y
decretó que fuera el 18 de mayo.
El
origen de la escarapela tiene vital importancia en la historia argentina porque
fue el primero de los símbolos patrios en nacer y, además, marcó el camino:
tras su aprobación, Belgrano diseñó una bandera con los mismos colores; ésa que
izó por primera vez a orillas del río Paraná, en Rosario, el 27 de febrero de
1812.